domingo, 29 de enero de 2012

Declaración de la Asamblea de movimientos sociales, Porto Alegre

Nosotros, pueblos de todos los continentes, reunidos en la Asamblea de Movimientos Sociales durante el "Foro Social temático Crisis capitalista, Justicia social y ambiental", luchamos contra las causas de una crisis sistémica que se expresa en una crisis económica, financiera, política, alimentaria y ambiental, colocando en riesgo la propia supervivencia de la humanidad. La descolonización de los pueblos oprimidos y el enfrentamiento al imperialismo es el principal desafío de los movimientos sociales de todo el mundo. 

En este espacio nos reunimos desde nuestra diversidad, para construir juntos agendas y acciones comunes contra el capitalismo, el patriarcado, el racismo y todo tipo de discriminación y explotación. Por eso, reafirmamos nuestros ejes comunes de lucha, adoptados en nuestra Asamblea en Dakar, en 2011.

Lucha contra las transnacionales
Lucha por la justicia climática y por la soberanía alimentaria
Lucha por la eliminación de la violencia a la mujer
Lucha por la paz, contra la guerra, el colonialismo, las ocupaciones y la militarización de nuestros territorios.

miércoles, 25 de enero de 2012

Colombia sigue siendo el país más peligroso del mundo para ejercer el sindicalismo

Reporte Mundial de Human Rights Watch sobre Colombia

La violencia ha provocado el desplazamiento interno de millones de colombianos y continúa desplazando a varias decenas de miles cada año. Es común que actores armados amenacen o ataquen a defensores de derechos humanos, periodistas, líderes comunitarios, docentes, sindicalistas, líderes indígenas y afrocolombianos, líderes de personas desplazadas y víctimas de paramilitares que reclaman justicia o la restitución de tierras.

Durante su primer año de gobierno, la administración del Presidente Juan Manuel Santos pareció mostrar mayor preocupación sobre temas de derechos humanos respecto del gobierno del ex Presidente Álvaro Uribe, que se vio empañado por una sucesión de escándalos vinculados con ejecuciones extrajudiciales perpetradas por miembros del Ejército, un proceso de desmovilización paramilitar que fue ampliamente cuestionado y abusos por parte del servicio de inteligencia nacional. 

No obstante, los grupos sucesores de los paramilitares continúan creciendo, mantienen extensos vínculos con miembros de la fuerza pública y funcionarios locales, y cometen atrocidades en forma generalizada. También han persistido los hechos de violencia contra defensores de derechos humanos, líderes comunitarios y sindicalistas. Numerosos candidatos a las elecciones locales de octubre de 2011, que ocurrieron en todo el país, fueron asesinados, en un contexto en el cual trascendieron denuncias sobre presuntos vínculos entre candidatos y grupos armados. Según la ONG colombiana Misión de Observación Electoral, 40 candidatos fueron asesinados durante 2011, lo cual representa un incremento del 48 por ciento respecto de los homicidios de este tipo reportados durante las elecciones locales de 2007. Asimismo, los nuevos proyectos de reforma constitucional impulsados por el gobierno de Santos podrían favorecer la impunidad de violaciones de derechos humanos, al ampliar el alcance de la justicia penal militar en casos de abusos militares y al permitir que se otorguen amnistías en casos de violaciones graves cometidas por todos los actores.

martes, 3 de enero de 2012

El MST, un movimiento en marcha

Artículo de Rosa Cañadell, publicado en El Viejo Topo

En un momento como el actual, con una crisis que se ceba en las clases más desfavorecidas y con una incapacidad de dar una respuesta contundente que pare este ataque a los derechos sociales y laborales, hablar de un movimiento social como el MST es como un soplo de aire fresco, y aunque las circunstancias son muy distintas, su ejemplo de organización, lucha y educación bien podrían ser un foco de inspiración para todos aquellos y aquellas indignados y que buscan nuevos caminos hacia esta sociedad soñada con más justicia y menos desigualdad.

Comprobar que desde el 1985 (año en el que nació el Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra, MST), este movimiento no ha dejado de crecer ni ha abdicado de sus principios, convirtiéndose en un referente, tanto en Brasil como en toda América Latina, es un signo de esperanza en medio de este desierto nuestro lleno de rabia e impotencia.


Bajo el lema: Ocupar, resistir y producir, el MST organiza a los campesinos que no tienen tierra para ocupar zonas improductivas. Para ello pueden agruparse desde 300 familias hasta 3.000, normalmente personas que viven en los barrios pobres de las grandes ciudades después de haber sido expulsados del campo. Salir de la pobreza y volver a vivir del trabajo en el campo es lo que empuja a estas familias a agruparse en torno al MST y empezar el proceso de ocupación y resistencia.

Desde que empezó el Movimiento no han parado de ocupar tierras, de organizar la producción, de construir escuelas y de formar a nuevos militantes. En este momento unos dos millones de personas viven y trabajan en las tierras ocupadas y/o legalizadas. Existen cientos de asociaciones campesinas y cooperativas de producción. En abril del 2010 se contabilizan cerca de dos mil escuelas en sus campamentos y asentamientos y en su Escuela Nacional Florestán Fernández han pasado 16.000 jóvenes para formarse política y técnicamente. Mientras, unas 60.000 familias están acampadas en espera de legalizar las tierras ocupadas.

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